En un emotivo discurso frente a todo el público presente Baltazar expresó lo siguiente: “Queridas familias del mundo hemos seguido una estrella y hemos encontrado al niño Dios que acaba de nacer, con Jesús siempre se nace y renace la alegría en cada fiesta de reyes hay una intensa alegría, la alegría de la comunión, la alegría de la fe, la alegría de los niños, la alegría del amor, ésta es una de las características más importante de esta fiesta, cada día el señor, nos ofrece tantas alegrías sencillas, la alegría de vivir, la alegría de la belleza ante la naturaleza, la alegría de tener una familia, ellos son la prueba del amor sincero y puro, los hermosos momentos de la vida familiar, los juegos compartidos con nuestros amiguitos, el hacer deportes, el saber que otro nos quiere, el poder ayudar a los demás, el compartir con el que menos tiene”.
“Vivimos en un mundo dónde lo que interesa a la mayoría es tener todo nuevo, todo lo que tiene el mercado, de la búsqueda enfermiza de placeres, eso nos lleva una tristeza que brota de un corazón cómodo y avaro que piensa solamente en él, cuando nos preocupamos sólo por nosotros ya no hay un espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien, y así se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida, esa no es la opción de una vida digna y plena, ese no es el deseo de Dios, para todos nosotros, queridos chicos, queridos niños, hoy los tres Reyes Magos, queremos manifestar también la alegría de estar junto a Jesús, por eso quiere que todos ustedes expresen su alegría, como el Señor nos pide, ser buenos, ser alegres, ser serviciales, ser buenos amigos, ser buenos hijos, esperemos que se cumplan todos sus deseos, ahora ya nos vamos, pero el niño Dios, Jesús se queda con todos ustedes y está en la puerta de su corazón esperando que lo dejen entrar, una vez más, muchas gracias por venir muchas gracias por escucharnos, gracias Jesús por nacer”.